El binomio «albiceleste» consiguió así su único triunfo parcial durante toda la estadía en la capital nipona, donde quedaron eliminados del podio en la última jornada de la etapa regular luego de anotar un undécimo y noveno puesto.
Conscientes de la imposibilidad de defender el oro olímpico, pero comprometidos con su espíritu competitivo, los abanderados mostraron su jerarquía en la carrera final y se aseguraron un diploma que fue el tercero del día para la vela argentina.
Un rato antes lo habían conseguido Victoria Travascio y María Sol Branz en la división 49er FX, también con victoria en la medal race, y Facundo Olezza en la clase Finn.
Lange y Carranza terminaron en la séptima posición de la general con 77 puntos, a 14 de distancia del tercer lugar, exactamente la mitad de la diferencia con la que habían comenzando la jornada en el puerto de Enoshima, al sur de Tokio.
Durante la fase regular, los campeones olímpicos presentaron una tarjeta con las siguientes posiciones: 6º, 2º, 5º, 8º, 4º, 6º, 6º 14º,10º, 8º, 11º y 9º, que no les alcanzó para aspirar al podio.
Las tres regatas disputadas el sábado fueron las que complicaron las aspiraciones de los argentinos, que hasta entonces de ubicaban en un expectante cuarto puesto de la tabla global.
Luego de esa jornada, Lange contó que Carranza Saroli, de 34 años, había sufrido un fuerte dolor en la espalda que le impidió navegar con normalidad y se tradujo en resultados por debajo de lo esperado.
La revancha llegó en la medal race como un premio consuelo para este binomio de elite que llegó a la capital japonesa con el objetivo mantener la producción de medallas que la vela inició sin interrupciones en Atlanta ’96 cuando Carlos «Camau» Espínola ganó la plata en la clase Mistral.
La vela, con 10 medallas (1 oro, 4 platas y 5 bronce), es el segundo deporte de mayor rentabilidad para el país en la historia olímpica después del boxeo (24), pero en estos Juegos no reportará preseas por primera vez en 25 años..
Lange, de 59 años, cumplió su séptima presentación olímpica. Obtuvo una medalla de bronce en Atenas 2004 y en Beijing 2008 junto a Espínola en la clase Tornado, y la de oro en Río 2016 con Carranza, que dio el presente por cuarta ocasión consecutiva (Beijing 2008 y Londres 2012, en Laser Radial, Río y Tokio, en Nacra 17).
El podio en Tokio 2020 lo ocuparon los italianos Roggero Tita y Caterina Banti (oro); los británicos John Gimson y Anna Burnet (plata) y los alemanes Paul Kohlhoff y Alicia Stuhlemmer (bronce).
«Quizás haya sido la última juntos o mi última regata en los Juegos Olímpicos», especuló Lange, de 59 años, en sus primeras sensaciones luego del séptimo puesto que valió un diploma olímpico.
«Costó mucho salir a correr hoy, sabiendo que no teníamos opciones de conseguir una medalla, pero había que valorar el hecho de estar nuevamente en una final olímpica, que no es poco», aceptó en diálogo con TyC Sports.
Lange reconoció que debió «ganarle a la cabeza y a las emociones» para cumplir con el compromiso en una jornada que pudo marcar el final de un ciclo. De todos modos, fue prudente: «No es el momento de tomar decisiones, siempre estuvimos con la cabeza en Tokio, no dimos lugar para pensar en el futuro».
A su turno, Carranza Saroli también sembró incertidumbre sobre lo que vendrá, al asumir que «quizás haya sido el final de nuestro proceso como equipo».
«Había una mezcla de emociones, un poco de tristeza por mi parte, pero por suerte hicimos todo lo que teníamos que hacer y nos regalamos una regata hermosa», contó.
Lange cumplió su séptima presentación olímpica, en las que cosechó tres medallas: bronce en Atenas 2004 y en Beijing 2008 junto a Espínola en la clase Tornado, y oro en Río 2016 con Carranza, que a su vez cerró sus cuartos Juegos consecutivos (Beijing 2008 y Londres 2012, en Laser Radial, Río y Tokio, en Nacra 17).